La habitación era diminuta para dos personas, además había un olor insoportable a barniz, lo comunicamos en recepción y nos dijeron que era general en todo el edificio puesto que estaban rehabilitandolo y nos dijeron que no podían ofrecernos otra habitación. En las camas había un edredón muy fino y no disponían de mantas para todos los huéspedes. El desayuno era muy pobre, el zumo estaba malísimo, no había buffet caliente ni variedad para personas con intolerancias o alergias, consistía en leche, cereales, pan y mermelada. Un día pedí leche a las 9.35h y me respondieron de malas maneras que el desayuno acababa a las 9.30h… Me cobraron por imprimir las tarjetas de embarque (dos páginas). La limpieza del hotel estaba bien, así como la ubicación, al lado de Victoria Station, es muy cómodo si vas a London Gatwick, puesto que desde aquí salen los trenes directos. El barrio en el que está situado es bueno, no hay gente rara, ni ruidos, excepto el de los trenes, pero se oye lejano. A mejorar: tamaño de las habitaciones.