Habitación grande pero en la planta de abajo, sin luz y al ser semisotano, al ras del suelo y con coches aparcados enfrente. Pocas toallas, moqueta en el suelo. La primera noche no teniamos nevera ni microondas, el segu di dia, aparecieron, creo que ña habitacion que nos dieron ni pensaban alquilarla. Mucho ruido, desayuno bien pero en un sitio muy pequeño, no había sitio para los huéspedes. Bien de ubicación, pero hay que coger coche para ir a Williams. A 60 minutos del Gran Cañón. Si os alojais pedir habitación en la segunda planta, si no oireis todo el rato a los de arriba. Lo peor el individuo de la recepción, borde, grosero y maleducado, si no le gusta tratar con gente, o con extranjeros, aún no lo sé, no debería trabajar en un hotel.