El hotel es maravilloso. La habitación muy cómoda, limpia y arreglada tenía un balcón con hermosas vistas al parque. El jardín muy florecido y cuidado albergaba una pequeña capilla y una gruta con la imagen de la Virgen Maria. Los ornamentos, típicos de Baviera , eran suntuosos y abundantes. La madera, las flores, las imágenes daban calidez y alegría al lugar. El desayuno fue maravilloso tanto por su calidad, variedad y cantidad. Altamente recomendable.