Hotel céntrico en la localidad de Vasterás, casi a una hora del aeropuerto de Estocolmo. El aparcar en los aldededores es bastante difícil aunque creo que tiene un concierto con un parking de pago (caro). La escalera de la entrada no es lo más agradable del mundo pero tienes que subir al primer nivel para acceder a recepción (hay ascensor también). Personal muy, muy amable y profesional. Se trata de un hotel donde NO se puede pagar en metálico, bueno y en general casi en toda Suecia. Habitaciones pequeñas pero bien administradas. Excelente calidad de la cama, hay hasta caja de seguridad, pero el armario es bastante pequeño. A pesar de ser pequeña tiene un despacho pequeño, sillón y reposa piés. Su cuarto de baño es a su vez pequeño pero está bien surtido. El desayuno es bastante correcto. En el lado no tan bueno (aparte de no pagar en metálico) la ducha es realmente pequeña, yo soy algo grandote y tuve problemas para girarme sin tocar nada, por cierto el cierre es con una cortina (de buena calidad, pero cortina). La luz entra por la noche porque es imposible tapar la luz de la ventana, hagas lo que hagas.Repetiría.