Encantadores los recepcionistas, la directora, la señora de la limpieza( por cierto, chapeau, llama la atención la limpieza) las encargadas del desayuno. Es un sitio que destaca por la profesionalidad y cercanía del personal. Nos hemos sentido muy bien tratados cada vez que hemos solicitado algo. El desayuno, cuenta con lo necesario para gustar. Todo son productos seleccionados, además de vajilla de Limoges, que ya indica mucho. Te llevan el café a la mesa con una sonrisa, puedes tomarlo en una terraza que hay en la zona del desayuno. La habitación tiene diversos amenities que son repuestos a diario, un servidor para hacerte infusiones, que también se repone a diario, cosa que se agradece. El gel de baño huele fenomenal. En fin, me convierto en su cliente, cada vez que vaya a la ciudad, sin duda.