Nos ha encantado este hotel por varios motivos: la fantástica atención, la cuidada decoración, la calidad del sueño y su ubicación. El hotel ha sido recientemente renovado con mucho gusto y atención por los detalles, manteniendo el ascensor histórico por ejemplo, pero con habitaciones modernas y confortables. La habitación es silenciosa y bien aislada, de un tamaño adecuado, agradable y limpia. La atención en recepción, especialmente de Sebastián, ha sido un gran punto positivo puesto que, además de su amabilidad, nos ha ayudado a priorizar visitas y seleccionar restaurantes, desde un punto personal, practico y realista. La ubicación es cómoda tanto si llegas en tren como en coche, hay varios párquines cerca con los que tienen acuerdos y salen a un precio adecuado. En unos 5 minutos andando se llega la Petite France. A mejorar la frescura de algunos productos de desayuno. Lo demás perfecto.