Se encuentra bien ubicado a 100 mts del límite de la Ciudad antigua (Alstdat) en la que se encuentran muchos comercios, cafeterías, restaurantes, tiendas, etc. A 250 mts de la estación de trenes (Freiburg Hauptbahnhof). A pocos minutos a pie de la Catedral gótica. A 100 mts hay un importante supermercado (Edeka). Frente al hotel hay un pequeño parque plantado con vides variadas. El edificio del antiguo hotel fue renovado, es agradable. El acceso al mismo desde la calle es dificultoso, ya que hay una escalera con un par de escalones, sin rampa, lo que dificulta el ingreso con maletas. Considero que no es un hotel accesible para discapacitados, en especial por el difícil acceso desde la calle. Si bien un discapacitado podría entrar por la parte trasera del hotel, desde el parking, pero no se si tienen habitaciones aptas para ellos, por lo menos la que nos toco no lo era. El loby es pequeño, lateral a la recepción. Se encuentra en él una maquina para café expresso, también hay agua caliente y te, durante las 24 hs. Frente a la recepción hay una mesa con frutas a disposición de los pasajeros. La habitación es pequeña, moderna, limpia, ordenada. La cama era agradable con un mullido colchón, al igual que las almohadas. La iluminación natural y artificial es buena. Las ventanas tienen persianas eléctricas con controles al alcance de la mano. Las puertas se abren con tarjeta electrónica. Tiene aire acondicionado. Tiene frigobar. El baño es muy pequeño (pero simpático) provisto de inodoro, mesada con lavabo (muy moderno) y ducha de pie de reducidas dimensiones con mampara. Hay albornoz. Tiene una radio incorporada conectada con dos canales de música. El personal fue eficiente y cordial. El salón restaurante es suficiente. El desayuno no es variado, hasta diría muy pobre y para colmo caro. Tiene un pequeño ascensor, no da para más de una pareja con sus maletas. El wi-fi es gratuito, de buena velocidad. El parking (no gratuito) se encuentra en la parte trasera del hotel, accediendo a el por un portón lateral.