El hotel situado en el centro histórico de Berna, se encuentra próximo a las principales atracciones de Berna, saliendo a la izquierda, a unos 5 minutos andando de la torre del reloj y en sentido contrario, saliendo a la derecha, de la estación. El personal es muy amable y agradable, se esfuerzan por comunicarse contigo en tu idioma, lo cual siempre es de agradecer. La habitación situada en la quinta planta, era exterior, lo cual siempre es de agradecer, ya que algunas habitaciones eran interiores. Era amplia y con los elementos necesarios para la estancia, el mayor inconveniente, es que al ser abuardillada, si eres alto te puedes dar algún que otro golpe. El aseo, era con ducha y lavabo con todo tipo de productos para la higiene, pero algo pequeño y un poco anticuado. El servicio de limpieza es el adecuado, eficaz. En la habitación tienes a tu disposición un paraguas para la estancia, por el contrario la caja fuerte es de pago. El Wi-Fi gratuito, no tienes que solicitarlo, en la habitación hay una tarjeta con la clave de entrada, es rápido y funciona sin problemas. El minibar solo tiene agua, si deseas algo debes solicitarlo a recepción. En cuanto a los servicios del hotel, el desayuno esta bien surtido, tipo buffet y el personal fue amable y dispuesto a ayudar y solucionar cualquier necesidad. Para las cenas hay que reservar en recepción ya que esta siempre muy concurrido.