El hotel se sitúa en el centro de la ciudad, en el casco antiguo de Malmo. La plaza pequeña, Lilla Torg, está doblando la esquina. La estación de tren, para viajar a Copenhague (dado los precios de la capital danesa, mucha gente se aloja en esta ciudad sueca), queda a unos 10 minutos andando. Nuestra estancia coincidía con la celebración del Midsommar (solsticio de verano), por lo que el hotel y la ciudad estaba bastante animada, además los más de 25 grados (abrasadores) aumentaban el movimiento de gentes por la calle. Las habitaciones son de buen tamaño, y dependiendo de la fachada a la que den y el piso, pueden tener el techo algo abuhardillado. Un punto interesante y a favor, es el suelo de parquet, no tenían moqueta, algo que para mi gusto es mejor. Las camas son de buen tamaño, y cómodas. No tienen aire acondicionado, pero dejan ventiladores en las habitaciones. Supongo que el aire acondicionado no les sea muy necesario de forma habitual (aunque en nuestra estancia si que hacia falta). Hay cortinas gordas, para bloquear la luz, o en verano vas a ver brillar el sol a eso de las 3-4 de la mañana....y no deja de hacerlo hasta casi las 23. El desayuno estaba bien, al estilo nórdico, que incluye menos fruta o bollería de lo que podemos esperar en países más al sur, pero bien. El Bacon lo podían tostar algo menos, estaba tan tostado, que se rompía en pedazos al intentar cogerlo. El personal tanto del desayuno, como del de recepción en general bien. Todos amables y educados. No hemos tenido wifi en toda la estancia, las 3 noches que hemos pasado alojados la señal o muy débil por unos instantes o directamente no aparecía. Baja a comentarlo en recepción y me dijeron era muy raro pero que lo comprobarían (recepcionista Yohanna). Teníamos 3 habitaciones en la 5ª planta y en ninguna podías conectarte a la wifi. Bajaba al lobby y funcionaba maravillosamente. Después de 3 noches y los días festivos, espero que lo hayan comprobado, pero a mi me han dado problemas, con esta situación.