"Lund, ciudad univrsitaria que merece la pena visitar."
i_g_forcada, 18 Juillet 2016
Lund es una ciudad universitaria del sur de Suecia preciosa. Este 4* está situado en pleno centro, a pocos metros de la plaza donde se instala el mercado los fines de semana y donde está un espléndido edificio que alberga lo mejor de la gastronomía local y uno de los Systembolajet locales, las tiendas de titularidad estatal que tienen el monopolio de la venta de bebidas alcohólicas (desde la cerveza de 4.5º en adelante). Está muy cerca también del espléndido Jardín Botánico de la ciudad. El hotel ocupa una antigua casona con más de 2 ó 3 siglos a sus espaldas muy bien rehabilitada. En algunas partes se conservan partes originales de la estructura y por eso vas por el pasillo y te encuentras las vigas de madera. Nos atendió en los trámites de entrada muy bien uno de los propietarios, un chileno que lleva muchos años allí, lo que facilitó sobremanera todo con el idioma. Estuvimos en la 5ª planta en un cuarto espléndido con bonitas vistas de la ciudad. Tenía un equipamiento completo de cocina con buenos materiales, todo nuevo e impecable. Reseñar además cafetera de cortesía con todo tipo de cafés e infusiones. Cama cómoda y articulada, como la de los hospitales, TV de pantalla plana enorme colgada en al pared, funcionaba como un ordenador; me costó dar con el manejo pero luego te apañabas bien. Baño bastante pequeño en el que se echaba en falta alguna repisa para dejar los utiles de aseo. Los adminículos del hotel correctos en cantidad y calidad. El baño tenía ventana al exterior, cosa que siempre me gusta. El armario del cuarto bien organizado pero también un poco pequeño.Caja de seguridad de dimensiones suficientes. Dentro del armario tabla de plancha y plancha. El tamaño de la habitación daba para una mesa con 4 sillas por lo que permitía perfectamente hacer allí comidas y/o cenas. El desayuno se sirve en la planta baja, tipo bufé, correcto y con lo habitual tanto en dulce como en salado. Podías elegir entre café de puchero, el elegido por la mayoría de los clientes, o café de Nespresso, el que tomaba yo, con numerosas variedades. Funcionalidad sueca con detalles de buen gusto. Servicio amable y trámites de entrada y salida rapidos. Al ser un edificio muy antiguo tiene muchos recovecos y escaleras, suerte que el ascensor es grande y cumple. Tiene el encanto de saber te hospedas en una casa con años de historia a sus espaldas, perfectamente situada en una ciudad universitaria que me encanta.