Fuimos a parar a este hotel gracias a la asistencia en carretera. Habíamos alquilado un coche y se nos averió en Nimes, la asistencia nos buscó un hotel y resultó ser éste. La primera impresión fue muy buena, era un sitio muy agradable y además el personal, un señor llamado Carlos, fue lo mejor, súper atento, encantador, amable, todo lo bueno que te puedes encontrar después de que tu coche te deje tirado, ajajajaj, y encima hablaba español ¿qué más podía pedir? Viajábamos con un perro pero no hubo ningún problema para acogerlo. La habitación era amplia, limpia y agradable y las camas muy cómodas. El cuarto de baño grande y espacioso. El desayuno resultó muy agradable, había mucha variedad y lo que me sorprendió fue encontrar dulces de la localidad, una gran sorpresa porque además estaban buenísimos. La ubicación, alejada del centro es lo único negativo que puedo decir, por lo demás es una gran hotel, si vuelvo a Nimes no dudaré en volverme a alojar.