1 noche, 74€ Hotel extremadamente céntrico, todo a menos de 3 minutos (menos la playa). Para llegar, no hacer caso al GPS, y una vez entrados en la ciudad, seguir las indicaciones que hay repartidas por todos sitios, es un poco complicado llegar en coche. Parking gratuito, dejas el coche en la zona de carga-descarga del hotel (a 100m de la puerta de este por ser centro histórico) y ellos se lo llevan a su parking. La habitación perfecta, en especial la terraza enorme de las habitaciones de la última planta con vistas al centro histórico. El baño limpio, de marmol rojo, algo anticuado. En la ducha algunas manchas de humedad, por la forma que tiene entiendo que es complicada de limpiar en algunos sitios, deberían haberlo tenido en cuenta cuando la hicieron...algo claustrofóbica. Dicen que tiene playa privada en los servicios del hotel, pero el hotel está en el centro de Marsala, donde obviamente no hay playa. Lo que en realidad tienen es un acuerdo con una playa privada local a 4km del hotel donde te dejan las tumbonas a 5€ en lugar de 7 u 8€ que es lo normal en Italia. Ni siquiera fuimos a verla. El desayuno muy completo, cafés se pagan aparte, algo difícilmente justificable en un hotel de 4 estrellas. El granizado de limón, totalmente natural y buenísimo.