Hotel muy cerca de la estación central de dusseldorf. El personal de recepción muy atentos, con unas habitaciones sencillas no, lo siguiente, pero para pasar la noche nos valía, reservamos una doble y otra sencilla pero yo creo que la sencilla se pasaba un poco de sencilla, no parecía la habitación de un hotel. Lo que menos me gusto y creo que es un peligro son las duchas que tiene las habitaciones, por lo menos las dos tenían el mismo inconveniente estaban puestas en alto, vamos que había un escalón de unas 30 cm para salir de ella si no lo haces con mucho cuidado puedes resbalarte yo salí sujetándome en el lavabo y en la otra habitación estaba igual me contó mi hijo, que al salir casi no hace pie y es que es normal con esa altura. El bufé muy completo tanto en dulce como en salado, si bien para usar la maquina del café hacia falta tener un titulo en cafeteras, ponerse un café es casi imposible ponerse un café sin que rebosaría la taza, las tazas que tienen en las mesas son más pequeñas que lo que sale de café y no son tazas pequeñas, pero ademas de fijarte en el dibujo del café que querías tenias que fijarte e la taza que estaba dibujada por que estuve observando mientras desayunábamos y aunque la señora lo explicaba, a todo el mundo le sobraba cafe de la taza, vi personas que cuando veían la taza llena se iban pensando que estaba terminado pero no, al poco tiempo salía mas leche, leche que se iba por el desagüe. Vamos que gran parte de café o leche de esa maquina se iba por el desagüe.