El camino por la Crowchild Drive hasta el Village Park Inn desde el aeropuerto es largo, pero resultó ser un Best Western y uno fantástico. Sólo íbamos a pasar allí una noche, ya que nuestro viaje por las Canadian Rockies empezaba al día siguiente. Los recepcionistas eran muy serviciales y nos dieron la llave de la habitación 420. Nos ofrecieron un zumo de varias frutas mezcladas que estaba muy bueno y unas de las galletas caseras más buenas que hemos probado nunca antes de irnos para arriba a la habitación, que era amplia y estaba limpia, las camas eran cómodas, tenía muchas toallas, toallitas de aseo, jabón, champú, acondicionador, crema corporal, aire acondicionado y nevera. Había un par de sillones, una televisión grande y un microondas. La ducha era extraordinaria. Todas las habitaciones están situadas alrededor del restaurante, del bar y de la piscina, y los pasillos de las cinco plantas daban hacia ellos, daba sensación de amplitud. Cuando llegamos fuimos al bar a por un par de botellas de vino, una pizza Hawaiana y una ensalada César que agradecimos muchísimo. Probé una de los frutos secos verdes que había en la mesa que parecían como guisantes blandos pero inmediatamente lo escupí, ¡¡picaba mucho, mucho, mucho!! No desayunamos allí al día siguiente, pero tenía muy buena pinta. Nos pareció extraño, sin embargo, que al dejar el hotel antes de montarnos en el autobús nos dieran cacao para los labios (¿?).