Es un hotel situado en primera línea de playa. En la habitación que estuvimos, teníamos vistas al mar. Esto fue genial, pero al igual que tuvimos vistas al mar, hay que sumar que las vistas a las viviendas de al lado eran demasiado cercanas. La intimidad carece un poco en este aspecto. No obstante la habitación permanece caldeada y es bastante grande. La cama es muy grande y cómoda. Algo inestable por las ruedas, pero se descansa muy bien. La bañera también está genial, el agua caliente es perfecta al igual que la fría. buena presión de agua. Cuidado si vais con el coche, a nosotros no nos preguntaron si queríamos tener el servicio de aparcamiento para dejar allí el coche, simplemente nos preguntaron si lo habíamos registrado, nos dijeron que facilitásemos la matrícula y al pagar, SORPRESA, un suplemento de aparcamiento sin preguntar. No obstante íbamos a pagarlo y preguntar por ello, pero, se nos adelantaron sin información ni preguntas. El restaurante y el servicio de desayunos está genial, es un mini bufete, no muy completo pero con lo necesario para satisfacer a los clientes. Eché de menos la opción de poder tener agua para beber. He de decir, que la zona en la que se sitúa el hotel es perfecta para ir al centro de la ciudad o dar un paseo por el paseo marítimo. Y por último, es algo ruidoso. Las paredes no son muy gruesas, incluso se pueden apreciar puertas que conectan con las otras habitaciones por dentro, o eso creo.