Best Western Premier Dover Marina Hotel & Spa

Aunque el personal es súper amable, en general el lugar se ve deteriorado. Apenas pasar el lobby, el elevador está raspado y muy pequeño, los muros necesitan una pintada, pero lo grave es que ¡El edificio está chueco! no poco, muuuy chueco, de echo te sientes inseguro, para agravar las cosas, cuando llegamos no teníamos agua en la habitación, aunque lo arreglaron en un par de horas, la cama extragrande solo son dos individuales que no están niveladas y por si poco fuera, toda la noche escuchamos agua corriendo, que entendemos provenía del megaboiler del hotel. Lo único bueno, la vista al mar, el desayuno y el personal.

Las habitaciones son chicas, los ascensores antiguos, las escaleras laberintos, pero la atención es buena y el restaurante muy bueno debería permitir abrir las ventanas porque hacía calor y no se abrian

El camastro de la habitacion familiar es muy incomodo, me dolio la espalda al dia siguiente. Ya extendido, deja una esquina metalica tapando el corredor hacial el bano muy peligroso para rodillas y espinilla.

Esta muy bien ubicado frente a la playa y a lo lejos pude verse la costa Francesa. Est un poco lejos del mayor atractivo de esta ciudad el castillo de Dover. Las habitaciones son comodas con buenas camas y excelente manteleria. Los baños son pequeños pero hay que considerar que fueron agregados cuando se modernizo el establecimiento. El desayuno es excelente.

Fui con una amiga a pasar el fin de semana a Dover y nos decidimos por este hotel. Está justo enfrente de la playa y cerca del puerto. Las vistas son muy bonitas, playa, acantilados y castillo. Se puede ver la costa francesa en días claros. El personal amable. El desayuno es continental y/o británico. Nuestra habitación estaba en el tercer piso y no daba a la playa. Todo limpio y bastante moderno. La potencia del agua en la ducha podría ser un poco más fuerte pero en general muy bien. Grandes toallas, gorro de ducha, jabón y champú,secador de pelo. Como pegas, hacia un poco de calor por la noche y tuvimos que dormir con la ventana abierta y alrededor se oye el tráfico. Tienen parking gratuito.

Es un lugar muy emblemático La ubicación es perfecta en Dover El hotel es un edificio histórico fel "waterfront" de la ciudad Lleno de estilo y ambiente inglés El personal es amable y servicial Tiene parking, que en la zona no es poco Ahora, uno debe entender lo que es alojarse en un edificio clásico: ascensor pequeño y lento, habitaciones pequeñas y en pendiente (no es extraño en algunos casos en la zona y tiene su gracia) En general vale la pena y es una experiencia diferente e imposible en otro país El paseo frente al hotel supone ver un paisaje que forma parte de la Europa contemporánea

Es un hotel comodo, el staff muy amable y los precios muy adoc a lo que yo buscaba. Restaurant y Cafetería muy ricos y el Spa aunque no lo usé, se veía interesante. Lo único que me faltó fueron canales infantiles en la noche para mis hijas.

El hotel en general cumple con las instalaciones básicas y si tiene una muy buena ubicación. Agradable para salir a caminar en la noche por la costa de Dover. Le falta definitivamente un ascensor, ya que el único que tiene no alcanza para la cantidad de gente que por lo general tiene el hotel y menos aún para las maletas.

Llegamos fácilmente gracias al gps desde Londres, el ver el edificio nos gustó, en primera línea de playa. La recepción fue agradable y eficaz y nos ofrecieron parking. La habitación la pedimos para 4, dos adultos y dos niños, con un único baño y tres camas bien distribuidas, no fue nada agobiante. Las vistas sobre el Canal de la Mancha y el puerto de Dover increíble; salían y entraban los ferrys sin parar. Cenamos no muy bien en un restaurante de la playa, caro y no de calidad. Me sentí giri. Seguro que lo habría hecho mejor si me hubiera quedado en el hotel, lo que vi al volver de los que allí cenaban me gustó. En el hotel pasamos la velada en una cafetería con mucho sabor y subimos a dormir. Sin ruidos y muy calentitos. El desayuno, una gozada, había de todo para un desayuno tipo inglés y el hacerlo en la terraza acristalada mientras llovía fuera y el mar estaba furioso lo recordaré siempre. Yo lo recomiendo: ubicación inmejorable, personal amable, habitaciones limpias, el desayuno típico y la cafetería y la terraza frente al Canal, lo merecen.